viernes, 11 de abril de 2014

¿Quien roba a quien?

Una de las propuestas que los socialdemócratas-socialistas europeos llevamos en el programa electoral de cara a las Elecciones al Parlamento Europeo de Mayo de 2014 que más me gusta defender, en palabras de Martin Schulz, es: "El país donde se obtiene el beneficio es el país donde se debe pagar el impuesto".

La crisis se ha afrontado centrándose en los recortes, y aunque una disciplina presupuestaria es importante para una buena gestión, nos hemos olvidado de analizar y tomar medidas al descenso de los ingresos vía fiscalidad. La anterior frase resume sintéticamente la evasión de riqueza hacia los paraisos fiscales que se está produciendo en la Unión Europea. Las grandes multinacionales, con sus estrategias de ingeniería financiera, consiguen pingües beneficios dentro de Europa que declaran en otros lugares, no contribuyendo a la sostenibilidad global del sistema.

De esta forma Amazon, Google, Microsoft, Apple, Coca-Cola y un largo etc. de empresas están minando el sistema económico generando desigualdad. Me alegro de que tengan beneficios en España ó en cualquier otro país de la Unión Europea, pero en el Estado que obtienen el beneficio deberían pagar los impuestos asociados a sus beneficios en esa zona geográfica. Actualmente las PYMES y trabajadores tienen una tremenda presión impositiva, mientras que las multinacionales más poderosas buscan mecanismos evasivos que están minando la sostenibilidad de las cuentas públicas.

Y esta máxima tiene una aplicación directa en España cuando desde el nacionalismo catalán se afirma que España roba a Cataluña... claro, ellos están pensando en cobrar los impuestos de los beneficios obtenidos en el conjunto del Estado español sólo para ellos. Me atrevo a afirmar que el independentismo insostenible catalán es el que quiere robar a España, cobrando impuestos con una agencia tributaria propia, a los beneficios obtenidos en el resto de Comunidades Autónomas. 

Más del 75% de los beneficios obtenidos por empresas con sede fiscal en Cataluña proceden de ventas en el resto de España y Portugal. Es por ello, que aplicando la máxima socialdemócrata de que los impuestos se pagan en el país donde se generan, esta parte de los beneficios deben invertirse en las zonas donde se obtienen, es decir, en el resto de España.

Esta política generará una re-distribución de la riqueza de forma fiscal, evitando recortes y ayudando a la sostenibilidad global de la economía mundial. La insostenibilidad de hacer lo contrario es robar el futuro a un modelo financiable del Estado del Bienestar ya que la creciente concentración de empresas provoca que los beneficios empresariales, vía impuestos, se repartan insolidariamente.

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