sábado, 20 de septiembre de 2008

Es el momento de la izquierda

Hay momentos históricos en economía, y ahora vivimos uno de ellos. Todavía recuerdo la caída del muro de Berlín, el profesor de historia en bachillerato nos hizo anotar el hito en el libro, acababa de acontecer un suceso que marcaría el futuro. Ahora la izquierda está ante un momento similar, el final del neoliberalismo tal como lo entendía Ronald Reagan y Margaret Thatcher.

Por el momento, tres de los cinco grandes bancos de inversión americanos, han tenido que cerrar sus puertas. El primero en caer fue Bear Stearns, rescatado por parte de JP Morgan con financiación de fondos públicos. Esta semana Lehman Brothers ha presentado la suspensión de pagos más alta de la historia, y Merrill Lynch ha tenido que ser adquirida por Bank of America.

Las hipotecarias Freddie Mac y Fannie Mae han pasado a estar gestionadas y participadas por la Administración, inicialmente durante un plazo indeterminado. Los fondos públicos también van a servir para hacer frente a las obligaciones a corte plazo de la aseguradora AIG, tomando como garantía todos los activos de la aseguradora.

El sistema financiero ha entrado en crisis, y el mercado no se ha autorregulado. No se han detectado a tiempo los excesivos riesgos que estaban contrayendo los bancos, aseguradoras, promotoras ó inmobiliarias entre otras. Los mismos reguladores americanos han prohibido las posiciones a corto, es decir, a la baja en las bolsas de EEUU.

Los mercados de futuros han conducido el precio de las materias primas, alimentos y petróleo, a niveles estratosféricos durante estos meses. Precios que se traducen en problemas de inflación en los países desarrollados y de hambre en otros países.

El sistema falla, y la regulación e intervención de los poderes públicos se hace necesaria. El neoliberalismo ha muerto, con su énfasis en las privatizaciones y la desregularización del mercado. Y en estas Esperanza Aguirre o Soria en el PP nos hablan de las bondades de un mercado que se autorregula y lo importante de privatizar sanidad, suministro de agua, etc. Ahora más que nunca hace falta una política económica de izquierdas donde el estado recupere el papel de regulador en la lucha despiadada de las empresas por aumentar sus beneficios.

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