jueves, 18 de diciembre de 2014

Recuperar la libertad, asentar las primarias

Me desayunaba hoy por la mañana entre gritos de comentaristas indignados en la televisión porque Susana Díaz esté pensando presentarse ó postularse como candidata a las primaras que elegirán al próximo candidato/a a la Presidencia del Gobierno del PSOE. Que corto es el vuelo de aquellos defensores de la participación que a la primera de cambio quieren dar portazo a los procesos de elección mediante este procedimiento...

Vamos descubriendo lo que significa la libertad y la democracia para muchos en esta época de la participación: puedes elegir la foto de tu perfil en la red ó puedes escoger entre una innumerable paleta de colores, puedes incluso casarte con alguien del mismo sexo, puedes enarbolar la bandera de la igualdad de género... Sin embargo, para muchos tertulianos pseudo-izquierdos ven la maldición de Ondina en el hecho que el Partido se oxigene dentro de los debates que generan los procesos de primarias, cerrando filas para promocionar a Pedro Sánchez como candidato a la Presidencia de España sin pasar por el escrutinio de afiliad@s la labor que ha realizado.

La necesaria proliferación de la participación en ciertos ámbitos publicitarios -cuando les interesa- recibe el portazo más sonoro para bloquear los cambios en el sistema- es realmente algo preocupante. Los voceros del sistema van a intentar acabar con esta incipiente revolución que llevó a Pedro Sánchez a la Secretaria General -taponando las aspiraciones de otros ú otras que defiendan la metodología democrática en la elección del cabeza de lista; ya se sabe que la derecha mediatica le tiene mucho miedo al tema de elegir mediante primarias a los candidatos, y otra parte del espectro como Podemos está cayendo en el se acepta todo lo que digo ó me voy de un mesianismo iluminario.

¿Para cuando una madurez tal que se vea con buenos ojos los procesos de Primarias? No es por incordiar, pero hoy Susana Díaz ha ganado un defensor en sus aspiraciones, al menos alguien se enfrenta al entramado mediatico que quiere encerrar en una torre de marfil llamada Ferrat a Pedro Sánchez, dando por sentado que es la mejor opción para la Presidencia del Gobierno de España del PSOE. Asentando las primarias avanzaremos en la consolidación de la libertad en nuestra sociedad, contrapuesta al monolitismo de la derecha española y al recien surgido mesianismo Iglesias de doble moral con el tema de la participación.

sábado, 6 de diciembre de 2014

El hecho diferencial en Cataluña

La Constitución de España en sus orígenes privilegia en su redacción a tres comunidades autónomas: Cataluña,  Galica y País Vasco, basándose en un hecho histórico, durante la Segunda República plebestizaron Estatutos de Autonomía,  y por ellos se les reconoció el máximo techo competencial (exceptuando las competencias reservadas al Estado dentro del artículo 149 de la Constitución). De esta forma Cataluñá, marcó en ese momento histórico diferencias con otras regiones, como su tradición cultural y el contexto de justificación política han solicitado en los últimos 200 años.

Sin embargo, para el resto de territorios el texto constitucional exiguía unos altos grados de consenso para que alcancen el mismo grado de autogobierno. Con el  paso de los años es cuando la diferencia inicial de Cataluña se diluye mediante la equiparación de los techos competenciales entre las distintas CC.AA., finalmente veinte años después de la redacción constitucional la diferencia catalana desaparece generalizándose la fragmentación en la estructura territorial -aún existiendo componentes identitarios menores-, y alcanzado todas las regiones los techos competenciales de autogobierno.

Lo que consiguió el modelo territorial de 1978 ha sido mejorar el grado de equidad e igualdad alcanzada en España (desde la perspectiva del acceso a los servicios públicos); la reserva de financiación que desde el Estado ha ido a los territorios dentro del Estado Autonómico, al  definirse cupos de obligado cumplimiento en la transferencia de los presupuestos generales, ha conducido a un mayor re-equilibrio en  el acceso a los servicos públicos de los ciudadanos, la diferencia existente a finales de la etapa franquista de ciertas zonas con Cataluña ha disminuido ó quasi-desaparecido.

Cataluña pide una diferencia, ¿hasta que punto podamos darle un hecho diferencial a este territorio aceptado por la mayoría cualificada del arco parlamentario de España? ¿Qué diferencia puede tener esta región que no rompa la cohesión económica y social que hemos alcanzado?

La diferencia se ve, por ejemplo por el celebre Ortega y Gasset, como desigualdad... Sin embargo, ciertas diferencias no generan un efecto de desigualdad en los derechos y en la calidad de los servicios públicos ofrecidos a los ciudadanos dentro de todo el territorio que llamamos España. Una diferencia que no genera desigualdad y podría ser un elemento del hecho diferencial catalán es el tipo de sistema parlamentario: ¿podríamos reconocerle a Cataluña el hecho diferencial de ser un República Parlamentaria asociada federalmente a otras regiones con una Monarquía Parlamentaria?

La igualdad ha de entenderse en términos razonables, y quizá sea necesario sacrificar la Monarquía dentro de un Estado Federal llamado España, manteniéndola en las regiones que lo deseen, pero permitiéndole un hecho diferencial a Cataluña y/ó el País Vasco. Salir de la encruzijada en que nos encontramos precisa de un relato-narrativa donde el desaparecido hecho diferencial en Cataluña, excepto por el hecho lingüistico, se establezca sin pasar por encima del valor de la igualdad de oportunidades entre los ciudadanos (deseable no sólo en España, sino en toda Europa, cohesionada económicamente).

Otro hecho diferencial que podríamos reconocerle a Cataluña es su derecho de autodeterminación: si en un referendum convocado por acuerdo de dos tercios del Parlamento de Cataluña logra el voto a favor dentro de su territorio de dos tercios del censo, Cataluña alcanzará la independencia siendo reconocida por el Parlamento de España. Esta vía estaría recogida dentro del Estatuto de Autonomía de Cataluña y el derecho de autodeterminación en la Constitución Española. En general, la mayoría de 2/3 se requiere en la modificación de textos contitucionales para asegurar un amplio consenso (superior a la mayoría simple) y que no se modifiquen en circunstancias normales de alternancia de Partidos Políticos en el gobierno sino hay una posición realmente mayoritaria (evita su uso circunstancial).

viernes, 5 de diciembre de 2014

La necesaria reforma de los Partidos Políticos



En la actualidad el cuestionamiento del bipartidismo pasa por defender que se necesitan muchos más partidos con representación en las instituciones. Y aunque no esté de moda, voy a romper una lanza a favor de esta forma de cohesión ideológica: creo que el bipartidismo es una buena forma de gestión de la participación cuando va unido a sistemas que permiten regenerar las cúpulas de los dos partidos rápidamente y los Partidos se transforman en moderadores de procesos de primarias -más que en designadores directos de los candidatos. El caso americano es paradigmático, se eligen básicamente a dos candidatos por un procedimiento de primarias altamente competitivas, polarizando-cohesionando a la sociedad alrededor de dos grandes proyectos diferentes que se terminan de definir-perfilar durante las elecciones de los candidatos Demócrata y Republicano, coaligándose diferentes sensibilidades durante este proceso alrededor de las dos marcas.

La fragmentación del espectro político es interesante, en cuanto al valor de la biodiversidad y la pluralidad, pero esa fragmentación debe coaligarse durante el proceso de elección de los candidatos alrededor de pocas marcas electorales para evitar un problema posterior de fragmentación excesiva, que podría trasladarse al Poder Ejecutivo en temas claves donde el exceso de marcas-opciones políticas en el Parlamento, puede llevar o conducir a la ingobernabilidad y/o parálisis institucional. En España, el poder de los nacionalismos periféricos a nivel nacional, es un claro ejemplo de esta situación y los efectos que produce.

Otro elemento del mundo anglosajón que me gusta, e interviene después de un bipartidismo puro para diversificar el sistema, es la libertad de voto de los Diputados/Senadores en la mayoría de los temas que se plantean, anteponiendo la defensa de sus regiones-votantes, frente a posiciones monolíticas del Partido donde están integrados. Así no es inusual que una parte de los Demócratas voten en contra de alguna propuesta de Obama en ciertos asuntos -relacionados con el valor de la Libertad- y parte de los Republicanos a favor. En el Parlamento Inglés, los textos que van a votar, raramente llevan asociada una posición monolítica de Partido (exceptos los acordados como excepcionalmente críticos y que se subrayan con triple línea cuando se pasan los textos a las señorías).

Personalmente, los temas donde una posición de bloque está justificada suelen estar relacionados con temas donde el valor central es la igualdad (cohesión del territorio, mínimos en los servicios a los que todos los ciudadanos tienen derecho, etc.) y son muy escasos. En general, un Diputado/Senador se debe más a sus electores-circunscripción que al Partido al través del cual ha sido electo, y no debe verse mal que vote en contra de una posición del lider en una materia concreta.

Resumiendo, el bipartidismo es una buena opción de sistema político, siendo resolutivo ante temas claves... Eso si, en España es necesario reformar el bipartidismo que tenemos, llevándo a los principales partidos a una mayor permeabilidad, a la regeneración y la participación (vía primarias, integración de sensibilidades, etc.); También es necesario rescatar a los Diputados/Senadores electos, dejándoles libertad de voto en muchos temas, para defender a las circunscripciones-ciudadanos que representan... tan sólo utilizándose la disciplina de partido en los temas donde los valores centrales sean la igualdad o la solidaridad (para dar ejemplo de cohesión) y castigándo a aquellos Partidos que no den libertad a sus integrantes.

Por ejemplo, la Ley del Aborto es un claro ejemplo donde la disciplina de partido no tiene sentido... y es que me molesta que en el tema de la Libertad de las Mujeres sea un lider quien me diga la posición que tengo que defender, ó que el lider me diga la velocidad máxima de circulación por la autopistas que tengo que votar -aunque respetaría la que se eliga-, y un suma y sigue de temas donde cada representante se debe más a su circunscripción y los ciudadanos que a su Partido...