domingo, 3 de febrero de 2013

La financiación de los partidos políticos... un tema en la picota.

Viendo la historia reciente y no tan reciente de nuestro país, y viendo las noticias aparecidas en prensa donde se apunta a la posibilidad de que toda la cúpula del PP haya cobrado en negro una parte de sus ingresos, se reaviva en mi cabeza la necesidad de una nueva Ley de Financiación Transparente de los Partidos Políticos y abordar, sin tapujos, el asunto de un salario digno, que permita la movilidad y la labor de los representantes públicos, en la oposición y en el gobierno.

En gran medida ando indignado por la falta de imaginación al abordar el tema, todas las soluciones se me antojan complejas y complicadas, un problema que no tiene una solución pura, la financiación de unas organizaciones complejas (periodistas, abogad@s, asesores, secretari@s,...), infraestructuras, medios de difusión de mensajes, foros de debates, viajes, etc.

Considero tres planteamientos diferentes ante una hipotética reforma:

- La primera sería conseguir que los políticos fuera una casta especial, casi de monjes budistas, sin familia, alejadas del materialismo, del dinero, del poder ,y con una gran componente espiritual... que guían un cuerpo de burócratas super-especializados, teniendo poco poder en la toma de decisiones, y si en la persecución de las irregularidades en la administración pública (una especie de inspectores de un estado tecnócrata).

- La solución americana, accidental, pero con un funcionamiento curioso, lo mismo que el parlamento inglés, hace que la independencia de los representantes elegidos sea tan grande con respecto las siglas, que es difícil comprar con dinero la toma de decisiones. En este modelo la financiación de los partidos puede ser casi ilimitada vía donativos, eso si, la posibilidad de que el más paga más puede se diluye gracias a que la disciplina de partido no tiene un gran peso, los lobbies ó grupos de presión se vuelven locos intentando presionar a representantes de ambos partidos hasta conseguir mayorias cualificadas, y riegan a todo el sistema de fondos para mantener los partidos.

- La tercera solución, más cercanos a los planteamientos de la izquierda, se basa en la financiación pública de los partidos políticos y unos sueldos generosos a los representantes políticos. Esto tiene el problema inverso al presentado en el punto anterior, una financiación puramente publica sin requerir de finaciación privada vía donativos consigue el alejamiento de los sectores económicos (los famosos lobbies).

Así que bueno, compleja ecuación la financiación de los partidos... pero viendo la historia de este país, en los casos que van apareciendo, percibo la necesidad de al menos intentar otra vía, una vía publico-privada, que prohiba los prestamos a Partidos Políticos para pagar campañas electorales, que permita operar a las formaciones sin tener que meterse en la ilegalidad, que tenga en cuenta a los lobbies como una realidad (no se puede negar que la administración toma decisiones que afectan a las cuentas de beneficios de muchas importantes empresas), que a su vez de cierta autonomía a los partidos al no depender de esta financiación privada al 100%, etc.

Eso si, ahora veo que Belloch es más honesto que muchos del PP, tendrá un buen sueldo, pero al menos no necesita cobrar en negro.